Victoria pírrica

dilma

Se ha consumado una venganza anunciada por un poder oscuro y patriarcal. Brasil llora y con ella Latinoamérica y el mundo. Lloran los marginados, los cosificados, los feminizados. Lloran las estadísticas que por un tiempo tuvieron nombre y apellido.
Pero lloran apenas para rendir homenaje.
El camino es largo y la semilla de los cuerpos masacrados por siglos son la simiente para una nueva era.
Ellos festejan una victoria pírrica. Ganaron con sus reglas y con la formalidad que siempre está de su lado. Al final y al cabo es la única forma que conocen.
Acá afuera, lejos del cuadrado y del cubo; la vida tiene otros planes.
Las voces se juntan y los cuerpos se adornan. Ya nada es igual. Ya nadie puede pasar de su corporeidad, de lo que siente, de lo que le duele, de lo que le pasa al planeta.
Al final siempre gana el resumen.
Que festejen quienes tengan que festejar. Al final los perdedores siempre tienen una versión más madura del desenlace. Y de la vida.

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